Escrito por Rodrigo Hernández.
Mario Salas se molesta, en la conferencia de prensa tras la derrota frente a Libertad, cuando “Rumbo Deportivo” le pregunta, en el mejor de los tonos, si seguirá rotando jugadores o si aspira a encontrar una formación definitiva. Contesta, escuetamente, que su equipo es el que jugó. Entonces, cabe asumir que el titular en la UC es Guillermo Maripán, en detrimento de Cristián Álvarez (por ejemplo).
Mario Salas arriba a Católica con propaganda motivacional e ínfulas de guerrillero. Pero pierde partidos y campeonatos increíbles en San Carlos.
Mario Salas tarda meses en darse cuenta que Diego Rojas es más que Darío Bottinelli; edades ciegas en descubrir que Michael Ríos tiene que ser titular; siglos estelares en constatar que Ribery Muñoz es un pichanguero.
Mario Salas deja que Cristopher Toselli sea una vieja histérica todo el partido, poniendo nerviosos a sus compañeros y comiéndose un gol como tapaboca.
Mario Salas, quien cuando jugador de fútbol era más rugbista, piensa que Pablo Álvarez y Fabián Manzano son buenos.
Mario Salas arma un plantel de ¡32 futbolistas!, con cortados incluidos, por lo que todavía no distingue cuáles son sus once mejores jugadores (que es como ver el aceite en el agua).
Mario Salas, técnico que no ha ganado ningún título en el profesionalismo, afirma que “nuestra forma de jugar no se negocia”.
Mario Salas, quien aún está a tiempo de cambiar, es hasta aquí intransigente, contumaz y arrogante… Como buen Comandante.