La primera fecha del fútbol chileno llegó, después de tanta espera para los hinchas de la pelotita, y sería bueno que luego del pitazo final podamos analizar y contextualizar lo que pasa dentro y fuera de la cancha.

Más allá de los resultados, que se pueden resumir en pocas líneas: El campeón ganó, al igual que Colo Colo, Unión La Calera, Huachipato y Antofagasta; la “U” empató en un decepcionante encuentro en el Estadio Nacional con un Cobresal que está de vuelta en primera división, Iquique empató con Curicó al igual que U. de Concepción con Everton. Queremos destacar lo que ocurre en la actualidad en el fútbol chileno, que de calidad no muestra mucho (hasta el momento).

Las sociedades anónimas invierten en jugadores baratos, con la ilusión de que se vendan caros y obtener alguna ganancia, algunos equipos se la juegan por motivar a los hinchas, para llevar más gente a los estadios y así lograr número azules; todo pensado muy bien en cualquier cosa menos en lo que ocurre en los 90 minutos.

¿Cómo puede ser que no vean el daño que le han hecho a nuestro fútbol? Se han alejado tanto de las canchas de tierra que seguimos esperando otro Alexis, otro Rey Arturo, otro Pitbull. Y no llega.

Seguimos fin de semana a fin de semana esperando una muestra de buen fútbol, seguimos clamando que aparezcan jugadores jóvenes, mientras explotamos a David Pizarro (Ya retirado), a Esteban Paredes (Casi goleador histórico de nuestro campeonato), o a Puch, que tuvo un gran inicio en este nuevo campeonato vistiendo la camiseta cruzada.

¿Quién se equivoca? Pasaron 20 años entre los dos logros más importantes del fútbol chileno (Libertadores de 1991- Sudamericana de 2011), y únicos a nivel de clubes. Pero el problema radica en lo que vemos en cada fecha, equipos que improvisan o entregan lo que tienen, nuestro fútbol se describe con la frase típica de “es lo que hay”.

No nos conformemos con tan poco.